Por: Marta María Ramírez
El dramaturgo y director de artes escénicas Héctor Quintero, considerado uno de los autores más importantes de la escena en la Isla, falleció este miércoles en La Habana a los 68 de edad, según informó la televisión estatal.
La fuente, que no precisó la causa de la muerte de Quintero, indicó que los restos del artista serán velados este miércoles en una funeraria de la capital.
Nacido en La Habana en 1942, Quintero tuvo una intensa carrera artística en el teatro, la radio, la televisión y el cine, con trabajos como escritor, actor, director, productor, cantante, declamador, conductor de programas y narrador.
En el año 2004 recibió el Premio Nacional de Teatro en reconocimiento a su labor para las tablas, que incluyó tanto el género dramático como la comedia y el musical.
Entre sus piezas más reconocidas están Contigo pan y cebolla (1962) y El premio flaco (1964), ambas merecedoras de menciones en el Premio Literario Casa de las Américas y con representaciones en Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.
Además, Quintero es autor de Sábado corto (1986), Te sigo esperando (1996) y El lugar ideal (1998), obras que junto al resto de su teatro han sido publicadas en la Isla y en otros países.
En Cuba, Héctor Quintero es reconocido como el más popular de los dramaturgos de las últimas décadas, con textos que abordan conflictos de la vida cotidiana y contemporánea del país.
Fue fundador y director del Teatro Musical de La Habana durante 12 años y también ocupó cargos en la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Su último estreno como autor y director en La Habana tuvo lugar en febrero pasado con el espectáculo Monseñor Bola, un homenaje al músico Ignacio Villa, “Bola de Nieve”, que repasa su vida y su obra.
Por eso, Quintero hizo historia otra vez. Tratar la transexualidad femenina, ignorada aún por la mayoría de los medios de comunicación, y confiar este papel a un transformista, sin más escuela que las llamadas fiestas gay y espectáculos teatrales del transformismo al uso, son sus aportes.
Al finalizar la función del sábado 19 de marzo, el teatrista me confesaba que había pensado en una mujer para que interpretara el personaje de Mariam y que sus colegas Carlos Díaz y Raúl de la Rosa, lo animaron a seleccionar un transformista. No sólo lo hizo, sino que lo dirigió bien.
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