martes, 9 de agosto de 2011

TOMEMOS CARTAS EN EL ASUNTO

Lamentablemente llegué tarde al debate propiciado por la contundente denuncia de Paquito en su artículo ¿Prejuicios sobre la sexualidad en el siglo XXI? publicado en el semanario Trabajadores del lunes 25 de julio, pero he quedado atónito con la triste e indignante situación que narra, por eso no pude quedarme callado.

 

Ya antes había asistido en silencio, también en la distancia de la Web, a otro debate sobre el artículo Educación sexual, ¿asunto familiar?, publicado en el periódico Juventud Rebelde de fecha 2 de Junio por el pedagogo Diego de Jesús Alamino, confieso que por sentimientos encontrados que iban desde la risa por lo ridículo de ciertos tópicos como el de la virginidad, hasta el sinsabor del análisis tremendamente superficial del Programa de Educación Sexual Cubano, muy perfectible por cierto, pero entre líneas, créanme que pensé que eran paranoias mías, sentía cierta reacción premeditada contra los avances, y lo afirmo, de las batallas ideológicas que significan, cuando menos, lograr la actualización de los currículos vigentes en todos los niveles de enseñanza hacia una educación de la sexualidad con, digámoslo así, mayor enfoque de género y de derechos, desde un paradigma humanista critico, y con una Pedagogía Alternativa, Participativa y Desarrolladora como parte del proceso de educación integral de la personalidad.

 

Roque, con sus geniales análisis me dio otras pistas al revelar los vasos comunicantes intencionales y muy nítidos con Matrimonio: Protección Jurídica publicado el mismo día en una versión del periódico Granma por Ricardo Alonso Venereo, donde, lamentablemente también, se tomaban por los pelos determinados argumentos, muy convenientes, para destilar, como en el de Alamino, vetustas posiciones sobre la sexualidad, la pareja y la familia tendientes a mantener inmutable o tal vez, recuperar terreno, ante las nuevas concepciones científicas y epistemológicas que amenazan el status quo cuasi medieval, machista, homofóbico y patriarcal, por los numerosos mitos, tabues y prejuicios, errores políticos, culturales, educacionales que por suerte estamos llamados a cuestionar y debatir, para finalmente enmendarlos de alguna manera, y que lastran la encomiable labor de más de 50 años de la Revolución a favor de la mujer y las nuevas generaciones, es mi opinión personal, ejemplos: el sexismo en la educación y los medios de comunicación, la sobrecarga de la mujer y las posiciones ante la diversidad sexual.

 

El debate sano, la reflexión civilizada, la discusión científica son absolutamente necesarios para movilizar los reflejos reaccionarios sembrados durante siglos en las mentes individuales y colectivas, por ello, uno de los retos fundamentales que tenemos por delante es adecuar nuestras metodologías educativas, promocionales y de intervención comunitaria a este tipo de encuentros, pero sepamos que sin potenciar el activismo político, la denuncia pertinente y de ser necesaria la acción jurídica, demoraremos siglos en ganar los espacios necesarios (mentales, físicos, sociales, de derecho, etc) para reivindicar las injusticias cometidas y aun remanentes sobre las discriminadas otredades sexuales, el relegado papel del placer erótico, o la simple educación de los sentimientos y la ética, formadores de hombres y mujeres auténticos, plenos, responsables, equitativos, ajenos al sujeto ideológico que se intenta globalizar, supuestamente liberado, cuando resulta en realidad profundamente atado (condicionado, manipulado) por sus vacíos e incertidumbres.

 

La sexualidad ha sido, y es, el área personal mayor sometida al escudriño social, el control de la sexualidad ha significado el control de los cuerpos y sus representaciones mentales, donde lo individual y lo universal confluyen, permanente esquema de limitación y sometimiento; más que en sus elementos represivos hay que hacer hincapié en los aspectos de la organización social generadores de sexo, según Foucault, que destacaba la falta de continuidad importante entre los sistemas de sexualidad basados en el parentesco y las formas más modernas como una forma de ilegitimarlas. Estas últimas reacciones, contenidas en los artículos de Diego de Jesús Alamino y Ricardo Alonso Venereo, publicados nada menos que en nuestra prensa nacional, nos ponen de bruces ante estos mecanismos generadores de poder a manera de consenso (falso, por estereotipado e inconsciente) y ejercer presión social.

 

Pero la insultante e ilegítima medida ante el ingeniero Luis Orlando Abascal Barban en Bayamo Granma, es un burdo ejercicio represivo ejecutado por trogloditas que, como mínimo, abusaron de sus cargos y usurparon funciones que no les están conferidas, al actuar bajo la égida de sus prejuicios y concepciones erróneas para juzgar un material que aborda un tema para el cual no están investidos ni preparados, ignorando además la opinión del representante oficial en la materia en el territorio, la MSc Zeida Castellanos Presidenta de la Comisión de Educación Sexual en esa Provincia.  Es una ilegalidad y no debe quedar impune, que no baste el reintegro a su puesto de trabajo. Más, no nos engañemos, ambas son armas de dominio del poder patriarcal.

 

Por ello en este caso exhorto a tomar cartas en el asunto al Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) que es la institución del Estado cubano que gestiona la instrumentación de la política cubana de educación de la sexualidad a través del Programa Nacional de Educación Sexual, y a la Sociedad Cubana de Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (SOCUMES) que es la asociación profesional, con personalidad jurídica propia y plena capacidad legal reconocida, autoridad científica en materia de sexualidad; invito igualmente a las Comisiones Provinciales a extender los servicios de atención a quejas por vulneración de derechos sexuales y a actuar serena pero decididamente en estos casos denunciando públicamente a sus victimarios y exigiendo la reparación del daño o perjuicio ante los tribunales de ser preciso, y llamo a nuestros parlamentarios, al Estado, al Gobierno y a nuestro Partido a fijar definitivamente el marco de actuación político y jurídico necesario.

 

Desde la histórica Declaración de Valencia sobre los Derechos Sexuales en 1997, en el marco del XIII Congreso Mundial de Sexología sobre "Sexualidad y Derechos Humanos", esta plateado el reto de esta transición paradigmática como una alternativa para trascender los límites del modelo médico-científico y recuperar las dimensiones éticas de la experiencia sexual humana. Nuestro proyecto profundamente humanista puede dar en ello una lección al mundo.

 

MSc Alain Darcout Rodríguez. Psicólogo, Cienfuegos. 02/08/11.

 

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