Solo se trata de educar.

Por Ariel Arcaute Queridos todos: Leyendo el artículo en cuestión publicado en Granma con fecha 02/06/11, intitulado ¨¨ Matrimonio: protección Jurídica ¨ me parecía que estaba escuchando ( sin ofensa) la homilia de un religioso ultra conservador, de las más ortodoxas filas, pero con un temor muy perceptible de perder la exclusiva del derecho al matrimonio entre heterosexuales. Me parece que Alonso Venero hizo gala de una conducta desesperada al clamar porque se escuchen también las voces de aquellos que desean ser los únicos poseedores de derechos de pareja y familia, y que además se resisten a que la felicidad sea equitativa para todos, más si son personas que se distancian de los patrones normados y reconocidos por la sociedad en que vivimos.    Alonso redactó un artículo con olor a rancio, y quiso apoyarse en Censos comprendidos entre los años 1953 y 2002, todavía existían las fiestas de 10.00pesos MN, prácticamente.  Despierte Sr. Alonso Venero, ya hay 12 operaciones de reasignación de sexo en nuestro país que nadie quita que pronto se casen y acudan a su desesperada convocatoria, pero no para hacer valer solamente sus derechos patrimoniales, como usted los pondera en su artículo, sino por sobre todas las cosas para cumplir una necesidad pendiente a ser satisfecha: la de sentirse reconocidos y amados por su sociedad.    No se si imitar el patron heterosexual sea lo más indicado y acertado , pues no me parece que asi lo sea, pero al menos dejarle a las personas el derecho a elegir la opción más adecuada y conveniente para quienes si consideren encontrar la felicidad en una unión Matrimonial entre dos personas sin cuestionarnos la orientación, sino reconociendo en ellos la capacidad de amarse y el derecho a ser amparados por las leyes de su pais como cualquier pareja legal con todas las implicaciones que ello trae. Vendrán muchos más Alonso Venero y saldremos al paso con nuestros derechos y criterios bien fundamentados para luchar por todos y cada uno de ellos.  Manifestaciones como estas no sorprenden, pero si, no dejan de poner el dedo en la llaga, y enriquecen la polémica del tema. Nadie pretende excluir a los doctores en exclusiones, simplemente solo se trata de educación. La educación es lenta, pero aplastante y la desesperación de Alonso es ejemplo cuasi tangible de ello.